No TE METAS EN
Lo QUE NO TE IMPORTA!
apoyado contra
un farol. Me acerqué y poniéndole la mano en el hombro le dije: - ¿Es
usted cristiano?
Se puso furioso,
me amenazó, y yo creía que me iba a pegar. Le dije: - Siento mucho si
le he ofendido,
pero me parecía que yo le estaba haciendo una pregunta importante.
- ¡No se meta en
lo que no le importa! - me dijo, rugiendo de ira.
- Es que sí me
importa - le dije, al retirarme del 1ugar.
Unos tres meses
más tarde, una mañana muy fría, poco después del amanecer, llamaron
a mi puerta.
- ¿Quién es? -
pregunté antes de abrir.
Una voz
desconocida me contestó: - He venido porque deseo ser cristiano.
Abrí la puerta,
y con gran sorpresa vi que estaba allí el hombre que me había maldecido
porque le había
esa noche junto al farol.
Me dijo: - Le
ruego que me perdone. No he tenido paz desde esa noche. Sus palabras
me han
perseguido desde entonces. Anoche no pude dormir, y resolví venir para que
usted orara
conmigo.
Ese hombre
aceptó a Cristo, y el momento mismo en que lo había hecho, preguntó: -
¿Qué puedo hacer
para el Señor?
Enseñó en la
escuela dominical hasta que estalló la guerra. Entró al ejército, y fue uno
de los primeros
en morir, pero dejó un elocuente testimonio para Dios.
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